9 nov 2016

Algunos datos para luchar contra la mixomatosis del conejo de monte


Una enfermedad que sigue preocupando
A pesar de que la mixomatosis es una enfermedad vírica que apareció en los conejos de monte en nuestro país en los años 50 y que, en algunos lugares, se considera que comienza a haber ciertas resistencias, todavía se trata de un proceso capaz de causar un gran número de bajas en las poblaciones afectadas, muchas veces no solo de forma directa, sino también porque los animales enfermos son más fácilmente predados.

Para aportar más datos acerca de este proceso García-Bocanegra y colaboradores realizaron un trabajo cuyo objetivo fue identificar factores de riesgo asociados a la aparición de mixomatosis en poblaciones de conejo de monte. Entre los resultados se observó que los más factores más destacados fueron la estacionalidad, principalmente en otoño, la elevada densidad de mosquitos, la actividad reproductiva de los animales, la presencia de anticuerpos frente a la enfermedad hemorrágico vírica, la elevada presión cinegética y la presencia de ovejas en la zona. Además, se pudo comprobar que la incidencia bajaba en aquellas zonas en las que se realizaban actuaciones de desinsectación de vivares.

Como se puede apreciar, algunos resultados parecen esperables, como la estacionalidad, aunque siempre se había dicho que la primavera también era una época crítica y en los últimos años se ha observado un repunte en otoño y finales de verano por la presencia de mosquitos, que son los vectores del virus. 

Sin embargo, se presentaron otros aspectos llamativos como la actividad reproductiva de los animales, probablemente porque en este momento hay un mayor contacto entre ellos y se favorece la transmisión del proceso, o también porque es un momento de estrés y puede haber un descenso de las defensas. Por otro lado, resultó interesante comprobar la interacción con la presencia anticuerpos frente a la enfermedad hemorrágica (EHV), probablemente porque el sistema inmunitario, tras un contacto con el virus EHV podría estar más debilitado. 

Otro dato cursioso fue la relación con la elevada presión cinegética, porque a pesar de la defensa tradicional del descaste de verano, parece claro que, en función de este y otros estudios, esta práctica resulto desaconsejable, puesto que, cuanto mayor sea una población, más posibilidades tendrá de soportar un brote y mayor número de animales inmunizados se generarán tras el mismo. 

Por último fue también llamativo la correlación positiva con la presencia de ganado doméstico, probablemente debido a diversos aspectos, una fuente de estrés (no solo el ganado, sino también los perros de los pastores) y una fuente de vectores que favorecen la vehiculación del virus, no solo dentro de una misma población sino a otras cercanas que ocupen territorios aprovechados por los mismos rebaños.

En cuanto a la desinsectación de vivares, parece claro también que, a pesar de la dificultad que puede conllevar su realización, resulta una medida muy interesante, sobre todo cuando se eligen los productos adecuados, puesto que una menor presencia de vectores en el entorno y conejos menos parasitados son factores esenciales para minimizar la evolución de la enfermedad.

Referencia del trabajo

GARCÍA-BOCANEGRA, I. et. al. Myxomatosis in wild rabbit: Design of control programs in Mediterranean ecosystems. Preventive veterinary medicine, 2010, vol. 93 (1), pp. 42-50.

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