26 feb 2017

Ellos también incuban

El macho de perdiz roja tiene un papel importante en la reproducción

Desde hace décadas se sabe que la hembra de perdiz roja puede realizar una segunda puesta y el macho incubar y sacar una pollada adelante por sí mismo. 
Muchas observaciones de campo y escasas referencias científicas habían confirmado que bajo ciertas circunstancias, incluyendo en cautividad, una pareja de perdices es capaz de llevar a cabo esta “proeza”, si bien se conocían pocos detalles sobre este hecho, especialmente en perdices silvestres. 

Un estudio firmado por Fabián Casas y colaboradores analizó la reproducción de la especie y especialmente el fenómeno de la doble puesta en un paisaje típicamente perdicero de Castilla-La Mancha a lo largo de cuatro años. 

Para ello capturaron 159 perdices, colocando en cada una de ellas un collar de radioseguimiento y realizando un control exhaustivo de las mismas al menos cada cinco días. Del total de perdices capturadas, fue posible realizar un seguimiento completo de 12 parejas a lo largo de la época reproductiva, ya que en muchas ocasiones algún miembro de la pareja era víctima de la predación, el collar fallaba o directamente se producía un “cambio de pareja”. Una vez que se encontraban los nidos se registró el número de huevos puestos y el éxito en la eclosión, así como las variaciones que sucedieron entre los distintos años estudiados. 

De las parejas seguidas, prácticamente todas las hembras incubaron mientras que los machos lo hicieron en una proporción menor (el 40%). El éxito de la doble nidada tuvo mucho que ver con la climatología del año. De esto modo, la doble puesta disminuyó en los años secos, lo cual se tradujo en una dificultad para poner e incubar de forma segura, al existir menos cobertura vegetal, incrementándose el riesgo de predación. No obstante, aunque los machos incubaron en menor proporción, tuvieron más éxito a la hora de sacar adelante su pollada y los autores sugieren que la doble nidada podría estar sucediendo más a menudo de los que pensamos. Como dato de interés, las distancias entre los nidos de las parejas varió de 76 hasta 381 metros, confirmándose una sincronización entre el momento de iniciar la incubación y contándose un mayor número de huevos incubados en los machos. 

¿Qué conclusiones sacamos?

El macho de la perdiz tiene un papel importante en la reproducción de la especie ya que es capaz de incubar y cuidar a los pollos como la hembra. No podemos olvidar que para favorecer esta tendencia que tiene la especie, los cotos deberían facilitar en la medida de lo posible la existencia de áreas de anidamiento y cría, que a grandes rasgos, significaría la creación y mantenimiento de linderos y zonas con cobertura vegetal de bajo porte. 


Referencia del trabajo_
CASAS, F., MOUGEOT, F., VIÑUELA, J. “Double-nesting behaviour and sexual differences in breeding success in wild Red-legged Partridges Alectoris rufa. Ibis. 2009, vol. 151, p. 743-751. 

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