20 nov 2012

Sin perdices


Con la temporada de caza en marcha nos hemos dado cuenta de lo que a todas luces se presumía. Es, si no el peor, sí uno de los años más nefastos para la perdiz (hablamos de la salvaje). El hecho constatado, semana a semana es que simplemente, no hay perdices.

Desde muchos foros se está clamando por un cierre definitivo de la temporada, que no ha hecho más que empezar. De acuerdo, hay que cerrar la temporada si queremos conservar al menos la muestra. Como siempre, nos acordamos de las goteras cuando llueve, mientras tanto el tejado sigue sin arreglar. Aunque en este caso la situación tiene mal arreglo ya que son muchos y graves los problemas que acosan a las pocas perdices que mal sobreviven en un campo tan agresivo con una especie y en el que los cazadores en algunos casos, son los culpables de la situación. 

Todos conocemos los males que les aquejan: agricultura, tanto en cosechas como en el uso de productos altamente tóxicos en el campo y depredadores por docenas, contando con el jabalí uno de sus peores enemigos en época de cría y más y más cosas, entre otras el recurso fácil de las repoblaciones con perdices de granja, tan nefastas como cualquiera de las otras causas. 

Y aquí estamos, un año más voceando a quien quiera oírnos que todo está muy mal, que no sabemos a dónde vamos a llegar y que a ver quien arregla esto. Como no seamos nosotros... 


No podemos esperar a que alguien nos haga ver que la especie de caza menor más importante es la perdiz (cosa sabida y al perecer olvidada) y que alguien tome las medidas que no somos capaces de tomar nosotros. 


Si una parte de la agricultura es culpable y no cumple la ley, denunciémoslo. Si hay muchos predadores, hagamos presión ante quien sea que se regulen y sobre todo hagamos que nuestros representantes, sean quienes sean, se tomen este asunto en serio antes de que sea demasiado tarde, si aún no lo es. 


Y por favor dejémonos ya de sandeces, dejemos de una vez de persistir en el error de repoblar con perdices de granja. Todos los investigadores coinciden en lo mismo, son lo peor que podemos hacer para la pervivencia de la genuina perdiz salvaje, hablando tanto de la pérdida de calidad genética como del contagio de enfermedades desconocidas para las del campo que les transmiten las desenjauladas. Persistir en la necedad no nos hará alcanzar la sabiduría. 

Cerremos la temporada, sí pero encaremos el problema desde el origen y pongamos soluciones, aunque estas pasen por dejar de cazar un tiempo. Nosotros los cazadores y solo nosotros seremos los responsables de la desaparición de la perdiz... o de su recuperación.

Fuente: ABC.es
Bienvenidos al Aula Virtual de la Unión Nacional de Asociaciones de Caza que se hace con las aportaciones y experiencias de cazadores, juntas directivas, técnicos y guardas de todas las Comunidades Autónomas de España.